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Este sistema de localización en  tiempo real, conocido por sus siglas en inglés RTLS, permite  desarrollar aplicaciones de seguimiento para controlar la posición de  dispositivos (ordenadores, equipos médicos, carretillas en un almacén  logístico...) o personas (un minero dentro de una mina o un anciano con  Alzheimer en una residencia, por citar varios ejemplos). También ofrece la  posibilidad de proveer contenidos a terminales WiFi en función de su  localización contextual, detectando cuándo un usuario ha cambiado de zona  permitiendo al sistema iniciar un proceso automatizado como respuesta a dicho  cambio. 
El nuevo sistema está concebido para  que funcione sobre cualquier red con acceso WiFi, independientemente del proveedor  utilizando una técnica de posicionamiento denominada fingerprinting.  Básicamente, ésta consiste en definir una serie de patrones que representan el  nivel de señal que emiten los puntos o antenas de acceso inalámbricos de la  red, situados en diferentes puntos del espacio físico. Estas marcas se asocian  con zonas definidas por los gestores del sistema y se genera una base de datos  para localizar los terminales WiFi o equipos/personas provistos de unas  etiquetas especiales. 
La precisión de esta técnica reduce el error a tan sólo un metro, aunque el  nivel de precisión va en función de cómo esté configurada la red WiFi y cuántos puntos de acceso se instalen.
Ventajas
Una de las ventajas de este sistema de localización es que no hay que montar un equipamiento extra;  aprovechándose de las redes WiFi  preexistentes. Las empresas u organismos que quieran instalarlo sólo deben  tener un servidor que se ocupe de esta tarea de localización, adquirir una  aplicación para gestionar el servicio, un software ligero que se instalaría en  cada dispositivo WiFi y etiquetas para  localizar a personas o equipos.
Más allá de las etiquetas de  radiofrecuencia
La necesidad de conocer la posición y camino seguido por objetos o personas en  interiores ha impulsado diversas soluciones tecnológicas. La primera y más  conocida es la identificación por radiofrecuencia (RFID), basada en etiquetas  más avanzadas que los códigos de barras. El problema de esta solución es que no  ofrece localización en tiempo real como hace la tecnología RTLS; RFID es más  apropiado para hacer trazabilidad electrónica (seguimiento automatizado) en  cadenas de suministro. 
A diferencia de la tecnología RFID que requiere más inversión porque hay que  montar una infraestructura de lectores y arcos detectores, la infraestructura  requerida para esta nueva tecnología apenas requiere inversión. Si bien, las  tarjetas RFID son más económicas, las nuevas tarjetas conllevan un recargo  considerable ya que incluyen tecnología WiFi  en cada una de ellas.
Aplicaciones
Una de las aplicaciones que más se están implantando es la interactividad con  los visitantes de un museo (Museo de Arte Contemporáneo de La Coruña). Dicho sistema  permitía que, cuando los visitantes se ponían delante de un cuadro, se les  descargaba información sobre el mismo en las PDA que llevaban consigo, y ello  sin que hubieran pulsado ninguna tecla advirtiendo de su presencia. 
Otra de las aplicaciones que se han implantado, es la realizada para el  Hospital de Ciudad Real; que ha permitido el seguimiento del personal  sanitario, pacientes y equipos (desfibriladores, aparatos de cuidados  intensivos portátiles, etc.) que son muy costosos y muchas veces están mal  gestionados. 
